Poema ganador primer premio concurso Rescate Animal de Costa Rica 2003
Basado en una historia real.
Alondra Rescató el animalito, un pastor Alemán, entrado en años que murió un mes después.
Tuvo calor de hogar y un entierro digno.
Ahora está en el cielo de los perros
Antes cuando era joven, o más bien cuando nací...
Tuve un hogar.
Todos me acariciaban y jugaban conmigo.
Tenía una camita suave y soñaba que era tan feliz.
Me llevaban de paseo a la peluquería y salía con olor perfumado y con lazo alto y azul como un rey.
Me decían Zeus y a mi me gustaba porque me sentía importante.
Yo les sonreía y les decía, Mami y Papi... pero nunca me escucharon.
Como todo en la vida, me fui envejeciendo, cada vez más lento y más flaco.
Aun así movía mi colita para saludarlos.
Claro ya no era necesario, ya no habían visitas al veterinario, ni baños perfumados con espuma, ni peinados ni lazos.
Fue así que un domingo salimos todos de paseo, lo que no me dijeron, que era yo el único que no volvería a casa.
Mi cuerpecito está tan flaco que lo único que me sobra es amor.
Mami, Papi, grité...
¡Se están olvidando de mi!
Regresen porque yo no se vivir en la calle.
Con los días me di cuenta que no volverían por mi.
El frío me hace temblar y no tengo mi cobijita para abrigarme.
Las personas que dicen ser humanos pasan a mi lado, unos me ignoran y otros me patean y me gritan:
Fuera de aquí zagüate.
Me duele tanto vivir.
Solo la poca vida que queda en mi cuerpecito cansado me da calor para respirar.
Aquí nadie me valora.
¿Será que envejecer es tan malo?
Yo soy leal, que pienso que por error me dejaron.
Me siento aquí donde todos me dicen perro de la calle...
A veces veo a alguien que me recuerda a Mami y Papi.
Se que no tengo nada, pero lo poco que tengo se los doy.
Hoy cumplo años y nadie vino a felicitarme.
Antes mi regalo era mi familia.
Ojalá alguien quiera adoptarme para pasar juntos y en un hogar mis últimos días.
Para que nadie me diga...
¡Perro de la calle!
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